Cumbre del Clima
Las delegaciones de los casi 200 países asistentes a las Cumbre del Clima de Madrid (COP25) han fracasado este domingo en definir la regulación de los mercados de emisiones de carbono, una de las principales dificultades de las negociaciones que ha retrasado el cierre del evento más de 40 horas.
Los países, por tanto, se han limitado a aplazar la cuestión a la próxima cumbre de Glasgow (Reino Unido) en 2020 y a aprobar un acuerdo de mínimos en el que se hace un llamamiento a aumentar la ambición en la reducción de emisiones.
"Claramente no es suficiente. El mundo nos está mirando y espera resoluciones concretas. No estamos satisfechos. No es suficiente para afrontar con urgencia la crisis climática", ha lamentado la presidenta de la conferencia, Carolina Schmidt, en la lectura de las conclusiones.
Por su parte, la Ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha escrito en Twitter que "algunos no se sitieron cómodos" con la regulación de los mercados de carbono, un mecanismo que ya adoleció de falta de consenso en la cumbre de Katowice (Polonia) de 2014.
"Se trabajó intensamente para asegurar unos mercados de carbono globales que aseguren una contabilidad robusta respetuosa de la integridad ambiental. Algunos no se sintieron cómodos, así que queda pendiente para el año que viene", ha afirmado.
El mercado de emisiones de carbono busca que se repercutan los costes de la contaminación sobre los que más emisiones generan, para que, a medida que se aumente el gasto, se desincentive su producción. Sin embargo, definirlo ha nivel técnico ha sido complejo ya que se debían decidir quién tiene derecho a emitir gases contaminantes y en qué cantidad, algo que ya produjo falta de consenso en la anterior Cumbre del Clima de Katowice (Polonia) y que ponía todas sus esperanzas, ahora frustradas, en la de Madrid.
En este sentido, el sábado, al menos 28 países, entre ellos España, reclamaron la inclusión en el acuerdo de los 'Principios de San José', once condicionantes que incluían evitar la doble contabilidad en los mercados de carbono -que dos países se apunten la reducción al venderlo y al comprarlo-, garantizar recursos financieros a los países en desarrollo o evitar el traspaso de créditos anteriores a 2020 al nuevo sistema.
En este último ámbito discrepaban países como India, China, India o Brasil que poseen derechos de emisión acumulados desde hace años y que quieren poder hacer uso de ellos cuando entre en vigor el Acuerdo de París en sustitución al Protocolo de Kioto de 1997.
La falta de este mecanismo deja el acuerdo adoptado por el plenario, llamado 'Chile-Madrid Tiempo para la Acción', en un pacto de mínimos en el que únicamente se hace un llamamiento a aumentar la "ambición" en la reducción de las emisiones en el año 2020, en línea con las recomendaciones de los científicos de limitar el ascenso de la temperatura global a 1,5ºC.
Se insta a los países a que presenten sus compromisos climáticos antes de la próxima cumbre, que se celebrará en Glasgow el año que viene, para que Naciones Unidas pueda elaborar un Informe de Síntesis previo a la COP26 que indique dónde estamos respecto al objetivo del Acuerdo de París de mantener la temperatura del planeta por debajo de 1,5ºC.
“El mandato es claro: los países tenemos que presentar contribuciones nacionales más ambiciosas que las actuales en 2020, es importante responder a las demandas de la gente y de la Ciencia, y comprometernos a hacer más y más rápido”, ha indicado la ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera.
Además, en el plenario se han aceptado los tres temas facilitados por la Ministra en funciones de la Transición Ecológica, Teresa Ribera: ambición, perdidas y daños y financiación; y el Plan de Acción de Género, otra de las dificultades de los últimos días. Se ha acordado también más financiacion para los países en desarrollo y hacer frente a los daños producidos por el cambio climático.
Uno de los puntos más tensos de la jornada ha sido la intervención de Brasil sobre el uso de océanos y tierra, punto de discordia de las negociaciones el pasado sábado, que se ha opuesto a dos párrafos del texto y que han estado a punto de bloquear el acuerdo.
Numerosas delegaciones, entre ellas las de la Unión Europea, no han apoyado la decisión de Brasil y la presidenta de la conferencia, la chilena Carolina Schmidt, le ha pedido que rectificara su posición. Brasil, finalmente, ha reculado y ha aceptado esa parte del acuerdo, que ha sido aprobada entre los aplausos de los asistentes.
La COP25 es ya la cumbre más larga de la historia, prolongándose más de 36 horas después del cierre oficial y sobrepasando el umbral de la 6AM de este tipo de eventos. La Cumbre del Clima de Madrid ha supera así a la celebrada en Durban (COP17) en 2011.