La reutilización y el reciclaje de productos ralentizan el uso de recursos naturales, reducen la alteración de paisaje y el hábitat, también limita la pérdida de biodiversidad.
Otro beneficio de la economía circular es la reducción de las emisiones anuales totales de GEI. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, los procesos industriales y el uso de productos son responsables del 9,1% de las emisiones GEI en la UE, mientras que la gestión de residuos representa el 3,3%.
Crear productos más eficientes, es decir hacer bien las cosas para conseguir el máximo resultado posible y sostenibles desde el principio ayudara a reducir el consumo de energía y recursos, ya que se calcula que más del 80% del impacto ambiental de un producto se determina durante la fase de diseño.
La transición hacia productos más fiables que puedan reutilizarse, actualizarse y repararse reduciría la cantidad de residuos. El envasado es un problema cada vez mayor y se calcula que, de media, cada europeo genera casi 180 kg de residuos de envases al año. El objetivo de la UE es atajar el exceso de envases y mejorar su diseño para fomentar la reutilización y el reciclado.
La transición hacia una economía más circular podría aumentar la competitividad, estimar la innovación, impulsar el crecimiento económica y crear empleo (700.000 puestos de trabajo solo en la UE para 2030).
La Comisión Europea presentó en marzo de 2020 el plan de acción para la Economía Circular que tiene como objetivo productos más sostenibles, la reducción de residuos y el empoderamiento de los ciudadanos (como el derecho a reparar). Se presta especial atención a los sectores intensivos en recursos, como la electrónica y las TIC, los plásticos, los textiles o la construcción.
En febrero de 2021, el Parlamento votó el plan de acción sobre economía circular y demandó medidas adicionales para avanzar hacia una economía neutra en carbono, sostenible, libre de tóxicos y completamente circular en 2050. Estas deben incluir leyes más estrictas sobre reciclaje y objetivos vinculantes para 2030 de reducción de la huella ecológica por el uso y consumo de materiales.
En marzo 2022, la Comisión dio a conocer el primer paquete de medidas para acelerar la transición hacia una economía circular, como parte del plan de acción de economía circular. Las propuestas incluyen el impulso de los productos sostenibles, el empoderamiento de los consumidores para la transición verde, la revisión de la normativa sobre productos de la construcción y una estrategia sobre textiles sostenibles.
En noviembre de 2022, la Comisión propuso nuevas normas sobre envases para toda la UE, que incluye propuestas para mejorar el diseño de los envases, como un etiquetado claro, para fomentar la reutilización y el reciclaje. Además, defiende la transición a plásticos de base biológica. biodegradables y compostables.